Pablo Rago, vuelve a Montevideo con "Atracción Fatal" la de José María Muscari.
Pablo Rago: "Hace más de 20 años que no vengo a actuar a Uruguay"
El actor llega al Teatro Metro junto a Sofía Gala, Laura Novoa, Esther Goris, Ana María Picchio y un gran elenco.
El popular actor argentino llegará el viernes 3 de mayo a Teatro Metro, para ofrecer la versión escénica de un clásico del cine de suspenso: Atracción Fatal, aquella película que protagonizaron Michael Douglas y Glenn Close. Se presentará el viernes 3 a las 21.00, sábado 4 a las 20.30 y domingo 5 a las 20.00. Entradas en Abitab, a $ 990, $ 1190, $ 1490 y $ 1690.
Con 46 años de edad y más de cuatro décadas de carrera, Rago empezó muy niño en la televisión, y acompañó durante décadas la evolución del cine, la televisión y el teatro de su país. Y tiene el privilegio de ser el único actor que participó en las dos películas argentinas ganadoras del Premio Oscar: La historia oficial, y El secreto de sus ojos.
“Eso es algo que me da mucho orgullo, y sobre todo lo que le pasa a mi familia, más que nada a mi vieja. Me acuerdo que cuando fue al Oscar la película de Damián Szifrón, Relatos salvajes, y perdió, mi mamá me llamó y me dijo, ‘menos mal, porque si no, Darín te alcanzaba’. Me hizo mucha gracia eso. Yo siento que todos los actores siempre estamos en una terna, pero creo que en algunos casos, algunos directores se dejan influir un poco por eso de que yo participé en esas dos películas, y se la juegan, y me eligen a mí”.
-Hacía mucho que no venías a actuar a Montevideo.
-Muchísimo, la última vez que vine fue con Carlín Calvo, cuando hacíamos la gira con Amigos son los amigos. Hace más de 20 años que no vengo a actuar a Uruguay. 20 y pico de años. Y antes de eso había venido dos veces, en la gira con Clave de Sol, eso fue 1987 y 1988. Pero Montevideo es parte de mi familia, porque yo estuve en pareja con María Carámbula, y mi hijo es medio uruguayo, y allá es hincha de River, pero acá es de Peñarol, por legado de Berugo Carámbula.
-En esa época eras un chiquilín…
-Y ahora soy un adulto. Igual hay algo de la actuación en mí, que sigue siendo espontánea, como si fuera un chico. Cuando voy a actuar, siempre pienso en esos términos. Dale que ahora soy Michael Douglas en Atracción fatal, me digo. Es completamente lúdico. Es cierto que ahora tengo muchos más elementos para la actuación, entre otras cosas por la experiencia de haber trabajado con actores buenísimos, y con grandes directores.
-¿Cómo es “Atracción fatal” en escena?
-Cumple con una premisa básica del teatro, provocar sensaciones. Esta obra es muy intensa, pero a diferencia de la película, esta versión teatral tiene humor. Para descomprimir, y poder aguantar la hora y 20 que dura, con algo tan tenso. Hicimos una temporada en Buenos Aires que no fue buena, pero en la gira empezamos a recoger todo lo que habíamos puesto en todo el tiempo de ensayo. La obra tiene pasajes de mucha violencia, pero que luego la gente estalla de risa a veces por detallecitos.
-En el teatro se pierden un poco todos los pasajes de más acción de la película.
-Cierto, pero José María Muscari hizo un muy buen trabajo, y resolvió con muy pocos elementos sobre el escenario, y alcanza para que te creas que están en los distintos lugares. Muscari es muy musical, y es muy de generar los climas con las luces. Y acá dio en la tecla con eso. La primera versión que yo leí de esta obra tenía una pantalla, donde ocurrían los exteriores: como cuando secuestran a la nena y se la llevan a un parque de diversiones, o el jardín donde está el conejo. Pero Muscari decidió quitárselo todo. Un poco por recortar presupuesto y otro poco porque le pareció que era interesante el juego escénico. Por ahí la gente tarda unos minutitos en caer de qué va la obra, pero una vez que entra en el juego la disfruta mucho.
-¿Tomaste como referencia la actuación de Michael Douglas?
-Tenía el recuerdo de haber visto la película hace muchos años, y cuando empezamos a ensayar no la vi. Y la vi hace poco, y no estamos tan lejos de lo que era la película. Yo pensé que estábamos alejadísimos. Y ahora que lo volví a ver a Michael Douglas, su actuación no me gustó tanto. Es bastante lineal. Y la película también. Es de 1987, y tiene un lenguaje que hoy ya queda medio vetusto. Eso del hombre que es víctima de una pobre mujer. No, el tipo es tan responsable de esa situación, como la loca, digamos, que se obsesiona con él. Y su esposa también es responsable de esta tragedia.
-Sí, supongo que Sofía Gala le dará una mirada más de género a su personaje.
-Sí, eso es algo que lo charlamos mucho. Tanto Sofía Gala como Laura Novoa están militando mucho con el feminismo, en Buenos Aires está muy fuerte el movimiento, y cuando ensayábamos ellas se enojaban mucho con esa situación, buscando que no parezca que el protagonista es víctima de esa mujer. Y yo creo que en esta tragedia las víctimas son todos. Y los responsables son todos.
-Vienen con terrible elenco.
-Un elencazo. Tenemos a un personaje que no está en la película, que lo hace Esther Goris, que hace de la muerte. Es la relatora, como si fuera una tragedia griega. Y eso ayuda mucho a que la obra sea dinámica. Esther es una actriz con mucha presencia en el escenario, y hace un trabajo muy bueno. Está Sofía Gala, que es el personaje más importante de la obra. Y Laura Novoa, con quien hicimos Romeo y Julieta. O sea que ya tenemos un pasado de matrimonio. Ella dice que fuera del teatro nos seguimos tratando como si fuéramos un matrimonio viejo. Está Nicolás Pauls, que es el amigo, con el que él descarga todo lo que le va pasando. Y la estelaridad de Ana María Picchio, que hace de mi suegra, y consigue momentos de humor fantástico.
-La película sembró como un miedo a la infidelidad.
-Claro, esa era la idea original de los yanquis cuando la estrenaron. Recién empezaba a hacerse público el sida, y creo que en esa época fue como un arma moralista, para los infieles, y para los que tenían una aventurita: ojo que te podés morir. U ojo porque te cocinan el conejo. Si la película se estrenase hoy quedaría medio antigua.
-¿Hay un conejo en escena?
-Sí, hay un conejo, no verdadero, pero tenemos un conejo. Está la escena de la cocinada del conejo, y tiene un monólogo muy lindo Sofía Gala en ese momento. Ella es una actriz muy intuitiva. Me hace acordar mucho a mí, cuando empecé a trabajar. Cuando yo le digo, ‘por favor no me pegues tan fuerte’, ella me dice, ‘bueno, yo no soy actriz, soy intuitiva’. Y yo le digo en broma, que afloje un poquito, porque me va a lastimar.
Fuente: TV Show
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